Nueva Piel del Evangelio

Nueva Piel del Evangelio

Es un conjunto de atuendos litúrgicos católicos a los que se les ha adicionado elementos propios de la fe popular limeña, generando un diseño hibrido donde el sincretismo religioso es aludido como proceso de creación que busca transformar simbólicamente la percepción de la fe oficial.

Marcelo Zevallos

Nueva Piel del Evangelio
Mitra Jaguar

Nueva piel del evangelio fue concebido en el 2006 y más que una serie de objetos artísticos, es un accionar sobre el vestido litúrgico, como un desplazamiento sobre la fe oficia católica. La buena nueva o el evangelio es anunciado y mostrado desde el lugar de poder del sacerdote, obispo, papa, etc., esta piel o superficie tangible del evangelio se renueva en este proyecto y entra en dialogo con otras manifestaciones simbólicas del conocimiento espiritual popular.

La mitra es el distintivo del sacerdote con dignidad episcopal que constituye la cabeza que guía espiritualmente y jurídicamente a su diócesis, el mitrado porta el mandato papal de su representación, en el contexto de La Nueva Piel del Evangelio la mitra se contamina con otras deidades, acaso más efectivas y menos abstractas que la católica, simbólicamente la cabeza es tomada para desde arriba abolir el monoteísmo eurocéntrico.


Nueva Piel del Evangelio
Mitra San Pedro (Vista Frontal)
Nueva Piel del Evangelio
Mitra Chancay (Vista Frontal)
Nueva Piel del Evangelio
Mitra Rayo (Vista Frontal)



Nueva Piel del Evangelio
Mitra San Pedro (Vista Posterior)
Nueva Piel del Evangelio
Mitra Chancay (Vista Posterior)
Nueva Piel del Evangelio
Mitra Rayo (Vista Posterior)



Marcelo Zevallos

LA FE URBANA EN EL ATUENDO LITÚRGICO
El historiador y antropólogo peruano Luis Millones afirma que, “el poder político o religioso necesita del espectáculo para expresar su legitimidad ante los demás, el color y el sonido en las fiestas tiene el valor de justificar el acceso al poder de sacerdotes o dirigentes políticos”.

Todo sacerdote católico al celebrar la misa se reviste con las vestiduras sagradas llamadas ornamentos, siendo las más importantes: el alba, la estola, la casulla, la capa pluvial, y la mitra en el caso de los obispos. El proyecto NUEVA PIEL DEL EVANGELIO toma estas vestiduras sagradas del catolicismo como soporte formal y conceptual para desplegar sobre ellas una serie de discursos táctiles y visuales con referentes históricos, contextuales y estéticos de la fe urbana-popular en Lima, de esta manera se busca irrumpir y generar una presencia en el lenguaje simbólico oficial infiltrándose en la semiótica del poder católico-colonial y por lo menos, evidenciar que la religiosidad en Latinoamérica se desarrolla más allá de los santos católicos y su evangelio.

Nueva Piel del Evangelio
Casulla Ordinaria
Nueva Piel del Evangelio
Casulla Pachamac

Marcelo Zevallos

Entre la fe institucional sustentada en el texto sagrado (La Biblia) y la fe de la llamada religiosidad natural, sustentada en la tradición heredada de generación en generación, se mantiene una mutua dependencia, sin embargo, por momentos se vuelve difícil la relación, sobre todo por la intolerancia de los que se consideran tenedores de la única verdad, por otro lado, la fe popular la podemos entender como una fe pluridevocional (politeísta) por lo que no necesita defender una única verdad, tolera con facilidad otras creencias.

Nueva Piel del Evangelio
Estola Power
Nueva Piel del Evangelio
Capa Fluvial

Marcelo Zevallos

EVANGELIZACIÓN INVERTIDA
Existe también una suerte de evangelización que proviene del otro lado, es decir, desde la población hacia el clero, son numerosas las anécdotas en las que la tradición popular religiosa se opone a tradiciones cristianas que pretendan un cambio en sus rituales tradicionales, de esta manera el clero católico encuentra diferentes resistencias a cualquier intento de reprimir o modificar las prácticas populares de su fe, por más que el sacerdote procure convencer a la población de lo ideológicamente necesario de estos cambios o censuras no lo conseguirá y a pesar suyo el sacerdote terminará aceptando la voluntad de la tradición popular. De esta forma se podría hablar de una natural recuperación o conservación de “idolatrías” de las existentes frente a lo que fue el hecho histórico de la extirpación de idolatrías, para esto debemos relativizar y ampliar el concepto de idolatría entendido desde la tradición cristiana como pecado u ofensa a dios y empezar a comprenderla como cualquier adoración, incluso las cristianas. De alguna manera con estos ornamentos resignificados se abre la posibilidad de evangelizar desde la fe popular, exponer desde lo simbólico la construcción de una fe diversa, plural, local y útil en el día a día.